Vivir con Trastorno del Espectro Autista (TEA), puede presentar desafíos, y cuando se combinan con alergias, estos pueden volverse más complejos. Las alergias aparecen cuando el sistema inmunitario reacciona ante una sustancia extraña (como el polen, el veneno de abejas o la caspa de las mascotas), o bien, ante algún alimento específico. Por ello, es importante comprender cómo las alergias pueden afectar a los niños y niñas con autismo, asegurando de esta manera, un manejo adecuado, así como el apoyo necesario.
¿Las alergias y el autismo están relacionados?
En 2018, la Universidad de Iowa llevó a cabo un estudio para explorar la posible relación entre alergias y niños y niñas con autismo. Aunque los hallazgos no fueron concluyentes, revelaron datos interesantes.
Se observó que los niños y niñas con autismo tienen una mayor prevalencia de alergias en comparación con aquellos sin esta condición. Por ejemplo, las alergias alimentarias fueron un 11.25% más comunes en niños y niñas con autismo, en contraste con el 4.25% en los que no lo tienen.
De manera similar, se encontraron tasas más altas de alergias respiratorias (18.73% vs. 12.08%) y alergias en la piel (16.81% vs. 9.84%) en este grupo. Aunque es importante destacar que si bien estos resultados sugieren una posible relación o mayor predisposición de los niños y niñas con autismo a desarrollar alergias, no implica que todos los afectados las padezcan.
Es necesario realizar estudios más detallados para confirmar estos datos. También es fundamental comprender que tener alergias no es un indicativo directo de autismo, y que vivir con esta condición no garantiza el desarrollo de alergias a lo largo de la vida. Además, que hay varios factores que pueden aumentar la probabilidad de tenerlas, como la contaminación ambiental, el estilo de vida o los antecedentes familiares relacionados.
¿Cómo saber si mi hijo o hija con autismo tiene alergias?
Lo principal es asegurarnos que realmente existe una alergia y no se esté confundiendo con algún tipo de sensibilidad o intolerancia, porque podrían parecer iguales, pero no lo son.
- Alergia es cuando el sistema inmunológico produce anticuerpos llamados inmunoglobulina en respuesta del alérgeno, y produce los síntomas “típicos” de las alergias como lo son los estornudos, enrojecimiento de la piel, congestión nasal, complicación para respirar, entre otros. Un ejemplo sería la alergia al estar en contacto con la saliva de los gatos.
- Sensibilidad es cuando hay una respuesta anormal a algún elemento, pero no hay una respuesta del sistema inmunológico y solo genera reacciones como dolor de cabeza, picazón, enrojecimiento. Un ejemplo sería al usar ciertos metales, como el níquel en la joyería, que al contacto con la piel puede producir irritación.
*Hay que tomar en cuenta que cuando se habla de sensibilidad en relación con las alergias no se debe confundir con la sensibilidad dentro del TEA. Sensibilidad dentro del autismo es cuando hay un malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas específicas, que pueden pasar desapercibidos o no incomodar a otras personas. Un ejemplo sería el malestar ante ruidos durante la masticación del pan tostado o de frutos secos, en una persona con hipersensibilidad auditiva.
- Intolerancia es la incapacidad de absorber o metabolizar determinados productos, que se acompaña a reacciones intensas. Un ejemplo sería la intolerancia a la lactosa, que presenta problemas estomacales debido a que la persona carece de la enzima de la lactasa.
Entendiendo esto debemos considerar si existen los síntomas propios de la alergia, y esto se repite constantemente, o solo ha sido en una ocasión. Hay que observar si con algún alimento, sustancia o elemento nuestros hijos o hijas presentan algún tipo de reacción o molestia.
¿Qué recomendaciones podría seguir?
La principal recomendación es conocer a nuestros hijos o hijas con autismo. Si bien en ocasiones pueden existir barreras en la comunicación, que pueden dificultar expresar si algún alimento, sustancia o elemento les causa incomodidad, existen señales que podemos observar, y si se repiten bajo las mismas circunstancias, lo recomendable sería buscar a un especialista. Las y los alergólogos pueden hacer los estudios pertinentes, recomendar algún tipo de medicamento para cuando se presente la alergia, así como dar las medidas específicas de prevención.
En general, se recomienda a las personas con alergias mantener la limpieza en casa y en lugares frecuentados, así como evitar productos químicos fuertes. Es importante seguir una dieta específica con alimentos que no impliquen un riesgo a la salud y evitar ejercicios de alto impacto durante la temporada de polinización para proteger el sistema respiratorio.